La corona (1) es un dispositivo de cuerpo estriado por medio del que se da cuerda al reloj en la posición cero, se cambia la fecha del calendario en la primera posición (1.1) o se ajusta la hora en la segunda posición (1.2), normalmente se sitúa a las 3.
El cronógrafo tiene la finalidad de registrar gráficamente el tiempo, es decir, se emplea para medir el tiempo transcurrido entre un intervalo determinado, calcula exactamente la duración de un acontecimiento, por ejemplo, una carrera.
El funcionamiento de un cronógrafo es: un pulsador (2) inicia y detiene la medición, el otro pone el contador a cero (2.1). En la mayoría de los casos, ambos pulsadores se encuentran en el lado derecho de la caja; el de inicio y parada a las 2 horas, y el que restablece el contador a las 4 horas.
El segundero central (3), es decir, la aguja trotadora, sirve para cronometrar los segundos y las fracciones de segundo. Los segundos “normales” se muestran en una subesfera con una pequeña aguja, denominada pequeño segundero o segundero descentrado.
La mayoría de los cronógrafos tienen otras dos subesferas adicionales destinadas a contar las horas (4) y los minutos (4.1). Muchos cronógrafos permiten medir intervalos de tiempo de hasta 12 horas.
Sin embargo, algunos cronógrafos solo tienen dos subesferas. Estas suelen servir como segundero pequeño (5) y contador de los minutos. Generalmente estos relojes miden intervalos de hasta 30 o 60 minutos.
Nota: Si no desea realizar ninguna medición, se recomienda dejar la función de cronógrafo desactivada. Si los indicadores del cronógrafo se dejan correr de manera continua, el mecanismo del reloj se carga innecesariamente y las piezas se desgastan con mayor rapidez.