Sin duda, las perlas son unas piedras que nunca pasan de moda en el mundo de la joyería, debido a su elegancia y son ideales para lucirlas en cualquier ocasión, ya sea en collares, aretes, pulseras o anillos.
Las perlas a comparación de otras piedras preciosas, no surgen de las profundidades de la tierra, sino del mar. Son las únicas que son creadas por un animal, estas se forman dentro del cuerpo de los moluscos bivalvos, estos son los que tienen una concha formada por dos valvas que se unen dorsalmente y cubren y protegen el cuerpo del animal. Las perlas se forman con la entrada de un cuerpo extraño al manto del molusco, ya sea un grano de arena, una parásito o un trozo de concha. El molusco como método de protección natural, cubre este cuerpo extraño que se introdujo en el con una sustancia llamada nácar compuesta por carbonato de calcio, materia orgánica y agua, lo que forma a lo que se le conoce como quistes de nácar que crea el molusco para aislar eso que ha entrado a su cuerpo y es así como se crean las perlas, por eso se les dice que son piedras preciosas orgánicas.
No requieren corte o pulido para maximizar su belleza y debido a que es una joya rodeada de un sinfín de leyendas e historia, siempre ha sido valorada a lo largo de los años y se ha ganado esa valorada reputación.
Esta piedra preciosa se ha usado en joyería desde la antigua Grecia, ellos las consideraban como lágrimas de los dioses caídas al mar y así a lo largo de la historia han sido valoradas por muchas culturas, tanto que en el imperio bizantino, solo el emperador podía usarlas y en otras sociedades se tenían reglas sobre quien podía usar estos preciados tesoros. Es así como empezaron a ser un símbolo de estatus y ganarse el prestigio a lo largo de los años. Famosas como Elizabeth Taylor, Marilyn Monroe y Grace Kelly, han sido grandes admiradoras de esta joya.
También se creía que tenían propiedades curativas y en España decían que beber el polvo fortalecía su corazón. Para muchas sociedades antiguas, estas simbolizaban la luna y tenían propiedades mágicas, para otras como las civilizaciones chinas simbolizaban protección. También existen supersticiones como la que muchos sabemos acerca de que nunca se le obsequien perlas a una novia el día de su boda, porque estas se convertirán en lágrimas de tristeza a lo largo de su matrimonio.
Con el paso del tiempo se volvieron más accesibles cuando descubrieron como cultivarlas manualmente y crearon criaderos de ostras. Esto consiste en colocar deliberadamente objetos extraños dentro de los moluscos para formar las perlas de forma más “rápida”, ya que para que se forme una perla, deben pasar alrededor de tres años y medio. Una vez depositado el objeto, el molusco se devuelve al mar y empieza el proceso para generar la piedra preciosa.
Para determinar el precio y la calidad de las perlas, debemos fijarnos en el tamaño, tono, forma, brillo y que no posea imperfecciones. También se considera su procedencia, ya que por obvias razones las perlas naturales a comparación de las cultivadas son muy raras y difíciles de conseguir, y por eso, su precio puede elevarse considerablemente en el mercado.
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